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Antes de dar este paso, es muy importante que hayas leído el texto 'Tu identidad y los roles en tu vida', porque tiene conceptos necesarios para encarar este ejercicio.

 

Todos tenemos deseos. Los más organizados, incluso, hacen listas con ellos. A menos que intervenga la suerte, la manera de realizar los deseos es convertirlos en un foco de atención y trabajar en ellos, no alcanza con enunciarlos.

 

Para realizar el ejercicio de transformación de un deseo en foco de atención, reservá un tiempo para vos sin que nadie te moleste o te interrumpa. Alcanzará con media hora. Buscá papel y lápiz o sentate frente a la computadora y preparate para hacer una lista con todo lo que ya no querés en tu vida. No importa si escribís solo una línea o un par de páginas. Lo que ya no querés puede ser desde un hábito cotidiano pequeño hasta algo tan grande como una relación de pareja, tu ciudad de residencia o una profesión.

 

Una vez que hayas terminado, leé lo que escribiste. Si en tu lista hay varias situaciones que no te gustan y que quisieras modificar, establecé jerarquías. La clave es que puedas detectar qué es lo más urgente, aquello que quisieras erradicar primero. Tal vez sea tu situación económica o un mal estado físico. Las posibilidades son infinitas, pero, para empezar, tenés que elegir solo una. Guardá la lista, porque la idea no es que te olvides de las otras cosas negativas de tu vida, sino que te concentres en una por vez.

 

Repasá la situación negativa que elegiste como prioridad e identificá cuál de tus roles está relacionado con ella. Una vez que lo sepas, tomá lo que escribiste y transformalo en la expresión de un deseo positivo, de lo que querés.

 

 

Por ejemplo, tu lista dice de lo que ya no querés dice:


 No quiero ser un asistente contable.

 

 No quiero cumplir un horario tan rígido y sentirme estancado.

 

 No quiero vivir en una casa tan fea.

 

 No quiero sentir que no progreso en nada.

 

 No quiero tener tan pocas vacaciones en familia.

 

 No quiero tener un auto viejo.

 

 No quiero sentir ese desgano en el trabajo.

 

 No quiero no tener tiempo para hacer ejercicio.

 

 

Probablemente, lo más urgente sea lo relacionado con el trabajo: 'No quiero ser un asistente contable'. Ese deseo corresponde al rol profesional.

 

Para convertir la frase negativa en una que exprese un deseo positivo, podrías escribir: 'Quiero ser un profesional contable con un cargo jerárquico'.

 

Comparemos las dos frases:

'No quiero ser un asistente contable'. NEGATIVA

'Quiero ser un profesional contable con un cargo jerárquico'. POSITIVA.

 

Parece que fueran equivalentes, pero no es así. En la segunda, le estás informando a tu inconsciente cerebral lo que querés para tu vida, un paso imprescindible para ordenarle a tu cerebro que se ponga a trabajar para hacer realidad el deseo.

 

¿Y eso es todo? Por supuesto que no. Es más, debemos advertirte que cuando expreses en una frase claramente lo que querés, podrían surgir pensamientos negativos para que te convenzas de que ese deseo es imposible, que es una fantasía y que nunca podrás lograrlo porque esas cosas buenas 'solo les pasan a otros'. Esos pensamientos se sostienen en creencias que son la base de tu programa cerebral y que te condicionan para que permanezcas atrapado en aquellas situaciones que ya no querés en tu vida, pero que son tu mundo conocido, la incómoda zona de confort.

 

En el caso del ejemplo, esos pensamientos buscarían perpetuar la creencia de que solo podés ser un empleado raso, triste y sin posibilidades de progreso. Esa es la razón por la que es tan importante cambiar el enunciado negativo por uno positivo: permitir que el deseo sea una posibilidad y no una condena. Solo así el deseo se convertirá en tu foco de atención.

 

Construir el foco de atención es el primer paso del método. Ahora que sabés cómo hacerlo, podés programarte para modificar los roles que te hacen sentir fracasado o que te impiden alcanzar tus metas, y empezar a ser feliz y vivir como siempre soñaste.