Si lloraste alguna vez en el cine es porque no importa que sepas que lo que ves en la pantalla es una ficción: de todos modos tu sentimiento es real. Conectás con las imágenes de esa película y las emocionas que te generan son tan reales para vos como lo que pasa en tu propia vida.

Lo mismo pasa con nuestro diálogo interior: ya sea en forma de palabras o de imágenes, las situaciones que se proyectan en la mente tienen el poder de producirnos emociones genuinas. Si son positivas, todo estará bien, claro. Pero muchos de esos pensamientos que aparecen en forma involuntaria sobre situaciones reales o imaginarias pueden ser tan negativos como los dramas cinematográficos con finales tristes, y provocarán en nosotros sentimientos de infelicidad, de frustración o de impotencia.

Y cuando las emociones son verdaderas, afectan tus actitudes, tus reacciones y tus comportamientos. El diálogo interior se origina en el inconsciente, en esa enorme parte oculta de nuestro cerebro en el que se guardan los programas mentales y nace de pensamientos automáticos provenientes del inconsciente cerebral que son captados por el consciente.

Asociados unos con otros, los pensamientos forman el guion de una película que puede mostrar un final feliz o ser la expresión de un fracaso que nos haga sentir tristes y desafortunados.

Los pensamientos se entrelazan y forman redes de diálogos interiores o de imágenes animadas que surgen, entonces, desde lo más profundo de nuestros programas cerebrales, pero que son proyectados al exterior por los sentimientos. Y esos sentimientos luego derivan en actitudes, en posturas personales ante ciertas situaciones.

Todos tenemos el hábito de hablar con nosotros mismos. Simplemente, no podemos dejar de hacerlo. Y, como decimos en el artículo 'Paso 4: Programación Pasiva contra el autoboicot', esas conversaciones incluyen unos 60 mil pensamientos al día que pueden ser, en su mayoría, negativos.

Cuando el diálogo interior está compuesto por imágenes, se lo llama 'contemplación' y los sentimientos que provoca son aún más fuertes que los de las palabras.

La contemplación puede ser un recuerdo o el producto de nuestra imaginación, y dura más en nuestra mente que lo que permanece en ella una frase. Mientras en el diálogo interior –con palabras– el pensamiento automático puede ser 'No lo voy a lograr', en imágenes se manifiesta con un contexto, rostros y gestos y adquiere el poder que le da la visualización, porque el inconsciente no diferencia si eso hechos fueron reales, si están ocurriendo en tiempo real o sin son producto de la imaginación.

Para el inconsciente, esas imágenes de la contemplación son reales, independientemente de su origen.

El contenido de las conversaciones internas son las órdenes que recibe el inconsciente cerebral para realizar su labor, que es buscar y conseguir los recursos, tanto humanos como físicos, para que se concreten los deseos.

Por eso es importante gestionar ese diálogo con imágenes y la contemplación de las imágenes. Gestionar, en este caso, significa reescribir el guion del diálogo interior. Cambiar la película dramática y triste por una en la que vos, héroe o heroína, tengas escenas felices y un final que haga que tus emociones te estimulen a triunfar y no a bajar los brazos. Debés dirigir tu diálogo interior para que coincida con los intereses de tu foco de atención y deje de conspirar contra tu propósito.

El Método epep tiene una técnica para que transformes la contemplación negativa en positiva mediante la observación profunda y honesta de los pensamientos que cruzan por tu mente.

Es importante que conozcas los pensamientos que generan ese diálogo interior, porque al identificarlos te va a ser más fácil comprender que están arraigados en creencias, no en datos objetivos del mundo que te rodea, en especial si es un diálogo interior contrario a tu propósito.

Cuando trabajás sobre un propósito con los pensamientos dominantes de los ejercicios Programación epep, Observación epep e Imaginación Creativa epep, lo más común es que durante el día surjan en tu mente, de forma espontánea, pensamientos contrarios a tu propósito y que tiendas a alimentarlos con un diálogo interior negativo. Sin quererlo, le estás indicando a tu cerebro que siga operando de forma inversa a tu deseo, que se aleje de la meta.

Desde el punto de vista de la técnica para transformar y gestionar ese diálogo interior, un primer paso es hacerlo consciente, preguntarte: '¿Qué estoy pensando?'. Luego, debés analizar el contenido del diálogo interior para ver si está a favor del cumplimiento de tu propósito o si es contrario a él. Si en ese análisis observás que el diálogo es contrario a la realización de tu propósito, lo que sigue es modificarlo.

Para gestionar el diálogo interior la técnica epep consiste en cambiar los pensamientos automáticos negativos que llegan desde el inconsciente en forma de frases por otros pensamientos dominantes que sean positivos y asertivos, como explicamos en el texto 'Gestioná tu diálogo interior'.

En el caso de las imágenes, estas pueden aparecer en tu mente de manera repentina, como si alguien hubiera tocado el botón 'Play' de forma inesperada. Te ves haciendo exactamente lo que ya no querés en tu vida: fracasás una vez más. Las caras y los gestos de las personas que te rodean refuerzan ese pensamiento que proviene de una creencia arraigada que dice que no podrás lograrlo, que el fracaso es inevitable. Así como en la gestión del diálogo interior cambiaste los pensamientos negativos por pensamientos dominantes positivos y asertivos, también tenés que cambiar las imágenes por otras en las que el éxito y la felicidad sean la clave. Con la técnica de la Contemplación Positiva epep, observás la escena de la película triste proyectada en tu mente, entendés lo que significa y luego podés rearmarla usando las situaciones felices que querés para tu vida.

La Contemplación Positiva funciona así: observá los pensamientos que llegan a tu mente y decí mentalmente que no querés que tu diálogo interior se oponga a tu propósito. En algún momento del día, sentate cómodo e intentá mantenerte en esa posición, tan quieto como te sea posible, durante lo que dure este ejercicio de Contemplación Positiva epep. Quieto no significa rígido. Al contrario, relajá tu cuerpo y dejá que tus hombros y tus brazos se aflojen, y que tus manos no estén tensas.

Programá la alarma de tu teléfono para que suene con un sonido suave a los cinco minutos y te informe que el tiempo de la práctica terminó.

Cerrá los ojos y poné atención a tu respiración. Sentí cómo el aire entra y sale de tu cuerpo, con una respiración acompasada y cada vez más profunda. Ahora, visualizá escenas mentales en las que los gestos y el contexto indiquen que tu deseo ya se realizó.

Si en tu contemplación negativa aparecía un familiar, un amigo o un jefe para indicar que no habías alcanzado tu propósito o que no lo lograrías, recreá esa escena, pero con un significado opuesto. Ahora ellos reconocen tu triunfo y se alegran por vos. Sumá tantos detalles como te sea posible para que tu inconsciente registre esas imágenes como si fueran reales.

Vos sos el director y el protagonista de esa película mental que muestra que tu deseo se cumplió y que el éxito te hace feliz. Seguramente ya hiciste el ejercicio de Imaginación Creativa epep (en el artícuo 'Ejercitá tu Imaginación Creativa'), en el que creabas una escena feliz sobre tu propósito, como si ya se hubiera concretado. Te indicamos que registraras sensaciones (como el roce de tu piel con una tela o el aroma de un perfume cuando recibías una felicitación por tu logro), porque eso lo volvería más 'real' para tu inconscinete. En el caso de la Contemplación Positiva es similar, solo que son imágenes en movimiento. Los detalles le agregarán veracidad a tu película mental en la que todo debe satisfactorio y reforzar la idea de que alcanzaste tu propósito.

No vemos para creer, sino que creemos para ver. Gracias al ejercicio de Contemplación Positiva epep, tu inconsciente creerá que tu éxito es real y, lejos de ponerte obstáculos o seguir disparando pensamientos automáticos contrarios a tu propósito, te ayudará a ver los recursos y posibilidades que hay a tu alcance para que llegues a la meta. Liberado de los obstáculos de tu propia mente, es hora de que planifiques tus acciones.

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