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Todos tenemos deseos porque son la expresión de nuestro afán de cambiar, de obtener algo que creemos que nos hará más felices. Los proyectos se inician siempre con un deseo. Sin embargo, el camino entre un deseo y la meta suele tener obstáculos. No alcanza con desear algo para obtenerlo. En general, si algo vale la pena, hay que esforzarse, buscar los recursos necesarios y ser perseverante.

 

Tal vez te haya pasado que, cuando un deseo representaba algo importante para vos, sentiste que el proceso para conseguirlo era tan arduo que no valía la pena intentarlo, como si el mundo hubiera conspirado en tu contra. O lo que es peor: pensaste que no lograste llegar a esa meta que te haría feliz porque, en el fondo, no la merecías. Si te enojás con los demás o con la suerte cuando no podés superar un desafío, lo más probable es que desconozcas que la mayoría de los obstáculos que enfrentás no están en el mundo que te rodea, sino en tu inconsciente. Por supuesto que no nos referimos a los obstáculos derivados de experiencias fortuitas, sino a aquellos que dependen de múltiples decisiones personales.

 

En los primeros años de tu vida, creaste los programas mentales que necesitabas para sobrevivir. Esos programas guardan y usan la información de tus primeras experiencias y de las enseñanzas que incorporaste a medida que crecías, y que forman tu identidad, lo que fuiste, lo que sos, lo que podés o no podés ser, tus límites para actuar y lo que juzgás como bueno o malo. Esos programas mentales que se almacenan en el inconsciente cerebral son los que intervienen cuando tomás decisiones, y lo hacen de forma automática y sin que te des cuenta. Son los que te ayudan o te dificultan la tarea de encontrar los recursos adecuados para cumplir tus deseos. Si la información en tu inconsciente cerebral indica que no podés o no te merecés lograr algo, tus acciones apuntarán a confirmar que ese mandato era verdadero y van a reforzar las creencias arraigadas sobre tu supuesta incapacidad y falta de méritos.

 

La buena noticia es que esa información negativa se puede modificar mediante un entrenamiento basado en el funcionamiento del cerebro. El 'Método epep para el logro de metas' te enseñará, mediante una serie de ejercicios, a modificar la información grabada en tus programas mentales para que logres lo que te propongas. No es un método psicológico ni una terapia, sino un camino al éxito basado en la neurociencia aplicada a la vida cotidiana. epep significa 'Educación del pensamiento enfocado en el propósito' y consta de una serie de ejercicios de capacitación para que despliegues tu potencial mental, superes los obstáculos que te impiden triunfar y alcances la felicidad de forma práctica, sin dañar a nadie ni perjudicar a otros, porque quienes desarrollamos epep estamos convencidos de que el verdadero éxito incluye asumir actitudes positivas y contagiarlas a los que te rodean. Hablamos de educación, no de terapia, porque con epep se aprenden las reglas básicas del funcionamiento del cerebro para entrenarlo y modificar las creencias y los hábitos negativos grabados en los programas del inconsciente.